Investigadores informan que los bebés que eran alimentados con leche de fórmula y se les daba alimentos sólidos antes de los cuatro meses eran más propensos a ser obesos a los tres años.
El momento de la introducción de los alimentos sólidos no aumentó las probabilidades de que los bebés alimentados con leche materna se volvieran obesos. Sin embargo, entre los niños que no fueron amamantados, o que dejaron de ser alimentados con leche materna antes de los cuatro meses, la introducción de alimentos sólidos antes de los cuatro meses se relacionó con un riesgo seis veces mayor de obesidad, según la investigación, que aparece en línea el 7 de febrero y que se publicará en la edición impresa de marzo de Pediatrics.
«Lo que los resultados de nuestro estudio sugieren es que seguir las actuales directrices de la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) de esperar hasta los cuatro meses para introducir los alimentos sólidos tiene el potencial de reducir el riesgo de obesidad posteriormente en la vida», explicó la autora del estudio Dra. Susanna Y. Huh, gastroenteróloga del Hospital Infantil de Boston.
Se cree que la introducción temprana de alimentos sólidos sienta las bases para los patrones de alimentación y el estado del peso más tarde en la vida. Sin embargo, los estudios anteriores no habían dado respuestas coherentes en cuanto a si el momento de la introducción de alimentos sólidos puede marcar o no la diferencia en el peso de un niño más adelante en la vida, según la información de respaldo del estudio, que fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.
Para este estudio, los investigadores revisaron los datos de 847 niños que participaron en el Proyecto Viva (Project Viva), un estudio a largo plazo de mujeres y su descendencia. Las mujeres fueron reclutadas inicialmente antes del nacimiento de sus bebés y se les dio seguimiento durante al menos tres años.
Los investigadores encontraron que el 67 por ciento de los niños eran alimentados con leche materna y el 32 por ciento con leche de fórmula. Cuando los niños tenían tres años, el 9 por ciento fueron considerados obesos.
Los bebés que tomaban leche de fórmula y a los que luego se les daba alimentos sólidos antes de los cuatro meses eran 6.3 veces más propensos a ser obesos a los tres años, una relación que no se explica por el rápido crecimiento temprano.
Esta asociación no se encontró en bebés alimentados con leche materna.
«Entre los bebés alimentados con leche materna, el momento de la introducción de alimentos sólidos no pareció relevante», apuntó la coautora del estudio Sheryl L. Rifas-Shiman, asociada de investigación de la Facultad de medicina de Harvard y del Instituto de Atención de la Salud Pilgrim de Harvard en Boston.
Huh apuntó que no está claro por qué la introducción de alimentos sólidos antes de los cuatro meses pareció marcar una diferencia tan significativa en los bebés alimentados con leche de fórmula. Pero los investigadores teorizan que las «madres de bebés alimentados con leche materna podrían comprender mejor y reconocer las señales que indican que sus bebés tienen hambre y están saciados. Las madres de los bebés que tomaban leche de fórmula podrían no reconocerlas igual de bien», señaló Huh.
«Este estudio refuerza muchas de las cosas que normalmente recomendamos», apuntó el Dr. Goutham Rao, director del Centro de control del peso y del bienestar del Hospital Infantil de Pittsburgh. «La lactancia materna es lo mejor, y es una forma útil de garantizar que su hijo esté saludable. En términos de introducción de alimentos sólidos, lo sabio es retrasarlo hasta los cuatro o seis meses», señaló.
Sin embargo, hay otras cosas que los padres necesitan hacer para que sus niños se mantengan sanos y en un peso apropiado, destacó.
«¿Qué hay en la introducción temprana de los alimentos sólidos que se relaciona con la obesidad? ¿Tienen las familias otros comportamientos poco saludables? Quizá permiten al niño comer comida basura a los dos años. Darle a un bebé cereales a una edad temprana podría ser un marcador de algo más que no se midió en este estudio», explicó.
Para mantener a su hijo en un peso saludable, Rao señaló que una buena idea es seguir las recomendaciones de la AAP de introducir los alimentos sólidos a los cuatro o seis meses. También apuntó que los padres deben introducir cereales y verduras antes de los alimentos dulces. No recomienda dar a los niños alimentos ricos en azúcar o grasa y dijo que es importante estar en sintonía con las señales de hambre de su hijo.
«Una buena regla para el tamaño de las porciones es que la comida debe ser aproximadamente del tamaño del puño de un niño», explicó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Susanna Y. Huh, M.D., M.P.H., pediatric gastroenterologist, Children’s Hospital Boston, Mass.; Sheryl L. Rifas-Shiman, M.P.H., research associate, Harvard Medical School and Harvard Pilgrim Healthcare Institute, Boston; Goutham Rao, M.D., diretor, weight management and wellness center, Children’s Hospital of Pittsburgh; March 2011 Pediatrics