Recientemente se ha anunciado por parte de sus inversores (consorcio Montes del Plata, integrado por Stora Enso y la chilena Arauco), que la planta de celulosa autorizada para ser instalada en Conchillas, departamento de Colonia, se inaugurará en 2013, con una capacidad de producción de 1.300.000 toneladas.
¿Por qué tanta inversión para la producción de celulosa en nuestro país en los últimos años? En este marco es importante conocer cuál es la situación de Stora-Enso en Finlandia.
En un comunicado de prensa del 15 junio 2010, el vicepresidente de Stora Enso dice que: «Estamos cada vez más preocupados por la evolución de los precios de las materias primas finlandesas. Tenemos que prepararnos para tomar rápidamente las medidas correctivas en caso de que los precios de la materia prima sigan aumentando y ya no puedan ser compensados por el aumento de precios de los productos finales o mejoras de la eficiencia”.
En julio 2010 el vicepresidente del área de negocios comunica el cierre de la fábrica en Varkaus, argumentando que a largo plazo se espera que ésta no dé las ganancias esperadas.
En la declaración anuncia que: “La sobre producción del mercado de papel de prensa en Europa ha continuado durante el 2010. Como consecuencia, los precios han bajado de manera significativa. A largo plazo se espera que la demanda en Europa continúe bajando como ha estado sucediendo en Norteamérica. Adicionalmente, la competitividad de Varkaus se ha debilitado, ya que su producción se basa en fibra virgen menos competitiva, en que la disponibilidad de materia prima en Finlandia no es estable y que Varkaus está lejos de la mayoría de sus consumidores y principales mercados.”
La razón por la que esta empresa se instala en nuestro país es clara, es una cuestión de costos. Si los precios del papel bajan (y se espera que bajen aún más) y los costos de producción en Finlandia suben por el hecho de no contar con materia prima estable y barata, la situación se vuelve no rentable. En cambio, la materia prima producida en Uruguay es tan barata, que deciden instalarse en Uruguay, un lugar quizá un poco más lejos que Varkaus de la mayoría de sus consumidores y principales mercados.
Uruguay tiene las condiciones ideales para que la empresa se instale: tierra barata, agua gratuita en abundancia, mano de obra barata, zona franca libre de impuestos … ganancia pura. A esto se suma la sindicalización casi nula en las plantaciones, característica de estos trabajadores por ser zafrales, con mucha rotación y sin ninguna seguridad de trabajo, condiciones ideales para que no si sindicalicen, lo que favorece enormemente a la empresa.
El gerente general de Montes del Plata, Edwin Kaufmann, en un medio periodístico declara que: “En este sector del mundo la producción es más eficiente. Los árboles crecen más rápido”. Sería sabio preguntarse ¿por qué crecen más rápido? ¿y cuánta es el agua utilizada por árbol para que su crecimiento sea tan rápido?
Costos que no son contabilizados
Stora Enso anuncia producir 1.300.000 toneladas de celulosa, 300.000 toneladas más de los que está produciendo UPM-ex Botnia. Esto significará una mayor expansión de los monocultivos forestales y por lo tanto un uso aún mayor de agrotóxicos, que resultan en la contaminación de agua, suelo y destrucción de ecosistemas.
Los impactos de los agrotóxicos en campos forestados son conocidos e incluso su permanencia después de dos y tres años de no haberse realizado aplicaciones. Por otro lado, también es conocida la filtración a las napas freáticas del glifosato, herbicida usado masivamente en la forestación antes y después de haberse realizado las plantaciones y luego de cosechadas para eliminar los rebrotes de los tocones.
Tecnología que se utilizará no será la menos contaminante, pero sí más barata
El sistema de blanqueo que se utilizará será el que emplea dióxido de cloro (ECF), tecnología que puede reducir hasta 80 por ciento en las emisiones de dioxinas y furanos (en comparación con el sistema antiguo del blanqueo con cloro elemental). Las dioxinas y furanos son conocidas como sustancias contaminantes, bioacumulables y catalogadas como contaminantes orgánicos persistentes (COPs). Dichas sustancias están incluidas dentro del Convenio de Estocolmo, del que nuestro país es parte, por lo que asumió el compromiso de reducir sus emisiones y eliminarlas. Sin embargo, con este nuevo emprendimiento haría totalmente lo opuesto, ya que resultaría en un aumento de tales emisiones.
Además de dioxinas y furanos, el proceso de blanqueo que utiliza dióxido de cloro (ECF) también libera una serie de sustancias tales como cloroformo, ácido clorado, y otros compuestos tóxicos que pueden ser acumulados en los tejidos de los peces. Más aún, el blanqueo con dióxido de cloro produce grandes cantidades de clorate, herbicida altamente potente que mata plantas y peces. Finalmente la mayoría de los organoclorados encontrados en los efluentes de plantas de celulosa aún no se han podido siquiera identificar ni menos aún evaluar en cuanto a sus posibles impactos.
La elección y utilización de esta tecnología está basada en lo económico, tal como fuera expresado por el gerente general de Montes del Plata al ser consultado sobre por qué no se utiliza el sistema de blanqueo totalmente libre de cloro (TCF), que es mejor desde el punto de vista ambiental. Su respuesta fue: “Esto es como todas las cosas de la vida. Uno podría decir: “Compraré un auto con neumáticos que no se desinflen ni se pinchen, pero costarían un millón de dólares cada uno”. Esto es lo que se usa comúnmente en el mundo, las tecnologías que permiten hacer una inversión”.
Ganancias para pocos e impactos para muchos
Al igual que en el caso de Botnia (ahora UPM), la ganancia será para la empresa que realiza la inversión, pero no para el país donde se instala. Los empleos generados en la construcción de Botnia fueron mayormente hacia trabajadores extranjeros y el empleo duró lo que duró la construcción.
Ese modelo está basado en la explotación de los recursos naturales, quedando al descubierto una vez más que Uruguay no depende de sí mismo y que continúa exportando sus recursos naturales casi sin valor agregado. En este sentido, cabe recordar que Uruguay no exporta celulosa, sino que sigue exportando troncos, que en vez de ser subidos a un barco son llevados a la zona franca donde se encuentra la pastera y desde donde se exportan nuestros suelos y aguas bajo la forma de celulosa.
La historia vuelve a repetirse, con el agravante de que los impactos sociales, económicos y ambientales se agudizan cada vez más y más en el llamado “Uruguay productivo”, que más que productivo es un modelo contaminante, excluyente y que ensancha cada vez más la brecha de la pobreza.
María Isabel Cárcamo
Enero 2011
Referencia:
Celulosa, Dioxinas y Convenio de Estocolmo
http://www.rapaluruguay.org/agrotoxicos/COPs/Prensa/Celulosa_Dioxinas.html
FUENTE: RAPAL Uruguay