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La carne procesada podría perjudicar el corazón

VIERNES, 5 de marzo (HealthDay News/DrTango) — La sabiduría popular ha dictado que la grasa de las carnes rojas es un factor de riesgo de enfermedad cardiaca, pero un análisis reciente de investigadores de la Harvard halla que consumir carne procesada, no la que no está procesada, es lo que incrementa el riesgo de enfermedad cardiaca e incluso de diabetes.

El término «carne procesada» aplica a cualquier carne preservada mediante un proceso de ahumado, curado o salado, o la adición de conservantes químicos. Los investigadores definieron «carne roja» como carne no procesada, como res, cordero o cerdo.

«Para reducir el riesgo de ataques cardiacos y diabetes, la gente debería evitar consumir demasiadas carnes procesadas, por ejemplo salchichas, tocino u otras carnes frías»; señaló Renata Micha, investigadora líder y miembro del equipo de investigación de la Facultad de salud pública de la Harvard. «A partir de nuestros hallazgos, el consumo de hasta una porción a la semana estaría relacionado con un riesgo relativamente bajo».

Micha debía presentar el hallazgo el viernes en la conferencia de la American Heart Association sobre enfermedad cardiovascular en San Francisco.

Para el estudio, el equipo de Micha analizó datos de veinte estudios en los que participaron 1.2 millones de pacientes. Entre ellos, 23,889 tenían enfermedad de la arteria coronaria, 2,280 sufrieron un accidente cerebrovascular y 10,797 tenían diabetes.

Los investigadores hallaron que la gente que consumió carnes no procesadas no aumentó significativamente sus probabilidades de desarrollar enfermedad cardiaca o diabetes. Sin embargo, el consumo de carnes preparadas se relacionó con un mayor riesgo de ambas afecciones.

De hecho, por cada porción de 50 gramos (1.8 onzas), el riesgo de enfermedad cardiaca aumentó en 42 por ciento y el riesgo de diabetes en 19 por ciento.

Aunque ni las carnes rojas procesadas ni no procesadas se relacionaron con un aumento en el riesgo de accidente cerebrovascular, los investigadores señalaron que apenas tres estudios examinaron la relación entre el consumo de carne y el accidente cerebrovascular, por lo que no hay datos suficientes para sacar una conclusión válida.

«Cuando contemplamos los nutrientes promedio de las carnes procesadas y no procesadas consumidas en los EE. UU., hallamos que contenían cantidades similares de grasa saturada y colesterol», aseguró Micha. «En comparación, las carnes procesadas contenían, en promedio, cantidades cuatro veces mayores de sodio y cantidades dos veces de conservantes de nitrato».

Esto sugiere que la sal y otros conservantes, en lugar de las grasas, explican probablemente el mayor riesgo de ataques cardiacos y diabetes observado con las carnes procesadas, aseguró Micha.

«Los riesgos para la salud de las carnes rojas no procesadas y procesadas se deberían considerar por separado», dijo. «Hace falta más investigación para determinar qué factores de las carnes, sobre todo la sal u otros conservantes, son más importantes para los efectos para la salud».

Samantha Heller, dietista registrada, nutricionista clínica y fisióloga del ejercicio de Fairfield, Connecticut, aseguró que «los científicos están buscando sobre por qué las carnes procesadas son tan peligrosas para nuestra salud».

«Quizá no conozcan la razón exacta, aunque sí sabemos que la gente debería limitar su consumo de alimentos, como tocino, salchichas, salami y pepperoni para reducir el riesgo de enfermedades crónicas», aseguró Heller.

«Además, los estudios demuestran que consumir carnes rojas no procesadas sí incrementa el riesgo de enfermedad», aseguró. «Un estudio con más de 500,000 personas halló que la gente que consumía la mayor cantidad de carnes rojas y procesadas estaba en mayor riesgo de morir, de tener enfermedad cardiovascular y cáncer que los que consumieron menores cantidades de esos alimentos».

Tanto las carnes rojas como las procesadas, así como otros alimentos, entre ellos mantequilla y queso, que son ricos en grasas saturadas, se han relacionado con enfermedad crónica, aseguró Heller, y agregó que la gente debería limitar también el consumo de estos alimentos.

«Cambiarse a productos lácteos descremados o bajos en grasa puede ayudar a minimizar la ingesta de grasas saturadas», dijo. «Escoger fuentes saludables de proteína, así como aves de carnes blancas, pescado bajo en mercurio, soya, nueces y fríjoles, y concentrarse en una dieta más basada en plantas, podría ayudarnos a vivir vidas más largas y saludables».

El Dr. Gregg C. Fonarow, profesor de medicina cardiovascular de la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que «varios estudios han sugeridos que niveles superiores de consumo de carnes rojas y procesadas se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer y muerte prematura».

Sin embargo, los resultados no siempre han sido constantes y algunos estudios anteriores han sugerido que podría haber diferencias en el riesgo para la salud entre carnes rojas procesadas y no procesadas, dijo. Hacen falta más estudios para verificar la relación y explorar los mecanismos que subyacen a ella, aseguró Fonarow.

Aunque las carnes rojas no procesadas podrían no incrementar el riesgo de enfermedad cardiaca o diabetes, podría incrementar el riesgo de algunos tipos de cáncer, según un informe de 2007 de investigadores del Instituto Nacional del Cáncer.

Hallaron riesgos elevados de cáncer colorrectal y de pulmón en el consumo de grandes cantidades de carne procesadas y no procesadas, junto con mayores riesgos marginales de cáncer de próstata avanzado. El alto consumo de carne roja también se relacionó con un mayor riesgo de cáncer de esófago y de hígado, así como con un mayor riesgo marginal de cáncer de laringe. Asimismo, consumir muchas carnes procesadas también se relacionó con un mayor riesgo marginal de cáncer de vejiga y de mieloma, un tipo de cáncer de los huesos.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Renata Micha, R.D., Ph.D., research fellow, Harvard School of Public Health, Boston; Samantha Heller, M.S., R.D., dietitian, nutritionist and exercise physiologist, Fairfield, Conn.; Gregg Fonarow, M.D., professor, cardiovascular medicine, University of California, Los Angeles; March 5, 2010, presentation, American Heart Association’s Cardiovascular Disease Epidemiology and Prevention annual conference, San Francisco

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