Un estudio encuentra que sustituir el arroz blanco con arroz integral es una forma de reducir un tipo dañino de grasa corporal.
Las personas que comen granos integrales en lugar de granos refinados con regularidad acumulan menos de un tipo de grasa relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2, sugiere una investigación reciente.
En altas cantidades, el tejido adiposo visceral (TAV), la grasa que rodea a los órganos dentro del abdomen, se asocia con el inicio de hipertensión, hipercolesterolemia y resistencia a la insulina, factores de riesgo de la salud que en conjunto se conocen como el «síndrome metabólico».
«El volumen de TAV era aproximadamente diez por ciento más bajo en adultos que reportaban comer tres o más porciones al día de granos integrales, y que limitaban su ingesta de granos refinados a menos de una porción al día», aseguró la coautora del estudio Nicola McKeown, científica del programa de epidemiología de la nutrición de la Universidad de Tufts en el Centro de Investigación sobre la Nutrición Humana en el Envejecimiento del USDA.
«Por ejemplo, una rebanada de pan de trigo 100 por ciento integral o media taza de avena constituía una porción de granos enteros, y una rebanada de pan blanco o media taza de arroz blanco representaba una porción de granos refinados», anotó en el comunicado de prensa de la Tufts.
Los hallazgos, que fueron publicados en una edición reciente en línea de la revista American Journal of Clinical Nutrition, provienen de un análisis de encuestas dietéticas y escáneres de grasa corporal llevados a cabo en más de 2,800 hombres y mujeres entre los 32 y 83 años de edad.
Incluso tras tomar en cuenta factores adicionales del estilo de vida como antecedentes de tabaquismo, consumo de alcohol, ingesta de frutas y verduras, porcentajes de calorías provenientes de la grasa, y rutinas de actividad física, los autores encontraron que consumir varias porciones al día de granos integrales se asocia con menores cantidades de TAV.
Sin embargo, los que consumían varias porciones al día de granos integrales y varias porciones al día de granos refinados no parecían beneficiarse de la relación entre los granos integrales y un menor TAV.
«El consumo de granos integrales no parecía mejorar el volumen de TAV si la ingesta de granos refinados excedía a cuatro o más porciones por día», señaló McKeown.
«Este resultado implica que es importante hacer substituciones en la dieta, en lugar de sencillamente añadir alimentos integrales», aconsejó. «Por ejemplo, opte por cocinar arroz integral en lugar de arroz blanco, o hacer un emparedado con pan integral en lugar de pan blanco».
FUENTE: Tufts University, news release, Oct. 20, 2010