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El BPA podría elevar el riesgo de asma en los niños

Un estudio en ratones muestra que la exposición durante el embarazo podría aumentar las probabilidades de esta afección
Las crías de ratón cuyas madres estuvieron expuestas a un común pero controvertido compuesto químico desarrollaron asma alérgica, según muestra una investigación reciente.

El bisfenol A (BPA) es una sustancia química que se encuentra comúnmente en las botellas de plástico de policarbonato y el revestimiento de aluminio de latas de alimentos y bebidas. La producción de este compuesto químico comenzó hace cerca de 40 años, un periodo que según apuntan los científicos coincide con el aumento de las tasas de asma.

Varias agencias de salud de EE. UU. prometieron recientemente invertir $30 millones en investigaciones a corto y largo plazo para esclarecer los efectos de salud del BPA. Este compuesto ha causado problemas en animales de laboratorio y en personas que han tenido una exposición ocupacional. El jueves, Maryland se convirtió en el tercer estado que hace frente a este problema, cuando el poder legislativo del estado aprobó la prohibición del BPA en vasos y botellas usadas por niños menores de cuatro años. Minnesota y Connecticut aprobaron leyes similares el año pasado.

Aunque este estudio reciente sólo analizó el efecto en ratones, varios expertos creen que los hallazgos podrían ser preocupantes para los humanos.

«Utilizan lo que probablemente serán cálculos razonables de exposición neonatal en humanos, y eso parece tener un efecto sobre el sistema inmunológico en desarrollo o la sensibilidad al asma», señaló el Dr. Steve Georas, jefe de medicina pulmonar y de atención crítica y director del Centro para la Atención del Asma, la Alergia y el Cuidado Pulmonar del Centro Médico de la Universidad de Rochester en Nueva York. «Si se analizan junto con los de algunos estudios epidemiológicos, yo diría que causan preocupación».

El Dr. Erick Forno, profesor asistente de pediatría de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami, agregó que «los ratones usados en el estudio son modelos bien aceptados para el asma y la alergia, así que constituyen un excelente modelo de lo que podríamos esperar que ocurra en humanos aunque ese no sea siempre el caso».

Los hallazgos fueron presentados el domingo en Nueva Orleáns en la reunión anual de la American Academy of Allergy, Asthma & Immunology.

Estudios previos realizados por el mismo grupo también sugirieron que las crías de madres que habían sido expuestas al BPA tenían una mayor susceptibilidad al asma alérgica. El nuevo estudio se centra en qué dosis podrían significar un límite.

Los investigadores colocaron 0.1, 1 o 10 microgramos por mililitro de BPA en el agua de beber de las hembras de ratón antes, durante y después de su embarazo. Tras el nacimiento, a las crías se les inyectó ovalbúmina para hacerlas sensibles al asma.

Los ratones cuyas madres habían estado expuestas a diez microgramos de BPA desarrollaron problemas en las vías aéreas, aunque eso no ocurrió entre los ratones de madres que tuvieron una menor exposición o ninguna.

«Es un hallazgo emocionante, aunque inicial», apuntó Forno. «Creo que lo siguiente a estudiar no será sólo el nivel de exposición sino también la cantidad y el tiempo de esa exposición, y si hay otros factores implicados».

La autora principal del estudio, la Dra. Terumi Midoro-Horiuti, profesora asociada de pediatría, bioquímica y biología molecular en el Centro de Investigación de Salud Infantil del Hospital Infantil de la División de medicina de la Universidad de Texas en Galveston, dijo que su grupo está recogiendo sangre del cordón umbilical en humanos, la está agrupando según la exposición al BPA y le dará seguimiento a los niños para ver si desarrollan asma.

Un segundo estudio que se presentó en la reunión encontró que los niños cuyas madres tenían altos niveles de folato, una vitamina B, durante el embarazo eran más propensos a desarrollar asma a los 3 años.

Tener niveles muy bajos de folato o ácido fólico puede contribuir a defectos del tubo neural en los bebés.

«Esto va en la línea de pensamiento de que consumir cierta cantidad es buena, pero que más es mejor, y hemos observado en los complementos vitamínicos, sobre todo los que tienen antioxidantes, que una mayor cantidad no siempre es mejor y que de hecho podría ser peor», señaló Horiuti. «Aquí lo hemos visto de nuevo».

Los datos proceden de 507 madres que tenían hijos con asma y 1,455 madres con hijos sin asma. Todas formaron parte del Estudio de cohorte de madres y niños noruegos.

«En ambos casos, estos estudios ilustran la gran influencia del ambiental prenatal», comentó Horiuti.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Terumi Midoro-Horiuti, M.D., Ph.D., associate professor, pediatrics and biochemistry and molecular biology, Child Health Research Center, Children’s Hospital, University of Texas Medical Branch, Galveston; Len Horovitz, M.D., pulmonary specialist, Lenox Hill Hospital, New York City; Erick Forno, M.D., M.P.H., assistant professor, pediatrics, University of Miami Miller School of Medicine, Miami; Steve Georas, M.D., chief, division of pulmonary and critical care medicine, and director, Mary Parkes Center for Asthma, Allergy and Pulmonary Care, University of Rochester Medical Center, Rochester, N.Y.; Feb. 28, 2010, presentation, American Academy of Allergy, Asthma & Immunology annual meeting, New Orleans

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