La ciencia comienza a revelar beneficios comprobados para una variedad de dolencias.
El yoga podría estarse convirtiendo en un enfoque más establecido para los problemas de salud de los estadounidenses.
Las personas han practicado yoga por milenios para mejorar su fortaleza, serenidad y bienestar, pero sus raíces en la antigua filosofía india han conservado la disciplina de ejercicio firmemente en el campo de la medicina alternativa.
Sin embargo, se está acumulando un creciente cuerpo de evidencia de que el equilibrio espiritual creado por el yoga ofrece beneficios comprobados de salud.
La investigación ha encontrado que el yoga puede ayudar a las personas que se enfrentan a problemas de salud tan diversos como dolor de espalda, dolores de cabeza crónicos, insomnio, obesidad, dolores de cuello, malestar estomacal, ansiedad, depresión e hipertensión, señaló Sat Bir Singh Khalsa, profesor asistente de medicina de la Facultad de medicina de la Harvard y neurocientífico asociado de la División de Medicina del Sueño del Hospital Brigham y7 de Mujeres de Boston.
Los beneficios para la salud se derivan sobre todo del enfoque del yoga sobre la conexión entre mente y cuerpo, planteó Khalsa.
«La mejor evidencia realmente muestra que el yoga es bueno para reducir el estrés y ayudar a la gente a enfrentar el estrés que tiene», comentó. «Mejora la gestión del estrés tanto psicológica como fisiológicamente».
Según los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., una práctica adecuada del yoga combina:
Posturas físicas hacia las cuales los participantes fluyen, y luego sostienen, antes de proceder a la siguiente postura.
Un enfoque en técnicas de respiración que hace que los participantes sean más conscientes de sus cuerpos.
Meditación y relajación profundas, lo que permite a los participantes enfocarse en su espiritualidad.
Para obtener los mejores resultados para la salud y bienestar, todos esos elementos deben combinarse, señaló Karen Sherman, profesora afiliada de epidemiología del Centro de Estudios de Salud de la Facultad de salud pública de la Universidad de Washington.
De hecho, los elementos están entrelazados, apuntó. Por ejemplo, las posturas físicas pueden ayudar a las personas a hacerse más fuertes y flexibles, pero una práctica de yoga que se enfoca exclusivamente en las posturas no es fiel al propósito original.
«Se pretendía que las posturas fortalecieran el cuerpo lo suficiente como para sentarse a meditar durante horas, para respaldar las aspiraciones espirituales», dijo Sherman.
El yoga puede ayudar a la gente a manejar los dolores corporales, dijo, al hacerla más fuertes, mostrarle cómo moverse de forma menos dolorosa y mejorar la capacidad de enfrentarse al dolor y relajarse.
Se ha demostrado que la relajación, la meditación y la respiración del yoga mejoran la sensación de bienestar de una persona, y puede ser un buen tratamiento para la ansiedad y la depresión, aseguró Khalsa.
El yoga puede también ayudar a fortalecer el sistema inmunitario al reducir el estrés. «Cuando se reduce el estrés, el cuerpo se vuelve más sano», enfatizó. «Cuando el cuerpo está sano, puede usar mejor sus propias defensas».
La investigación de Khalsa también ha mostrado que el yoga puede ser muy útil para personas que se someten a un tratamiento para el cáncer.
«Está estresados porque se trata de una enfermedad que amenaza la vida y porque todo lo relacionado con el cáncer es estresante», apuntó. Pero aliviar ese estrés con yoga puede mejorar la calidad de vida y ayudar a la persona a manejar los rigores de la quimioterapia y la radioterapia.
También se ha mostrado que el enfoque en la conciencia del cuerpo ayuda a las personas a combatir la obesidad. Los investigadores del Centro de Investigación Oncológica Fred Hutchinson, con sede en Seattle, encontraron que las personas que practican yoga pueden gestionar mejor su peso corporal y tienen un índice de masa corporal más bajo que las que no lo hacen.
Pero el yoga no ha resultado una cura para todo. Khalsa apuntó que algunas afirmaciones de salud sobre el yoga aún no han sido confirmadas por investigación médica, sobre todo la afirmación de que el yoga puede ayudar a mejorar la función de órganos específicos, como el páncreas o el hígado.
«Tal vez sea verdad. Lo ignoramos», comentó. «Requerirá investigación».
Las personas interesadas en mejorar su salud con yoga necesitan encontrar un maestro experimentado que combine los tres principales elementos del yoga, dijeron Sherman y Khalsa.
«Todo el mundo debe conseguir un instructor experimentado y que tenga los principios yóguicos tradicionales», afirmó Sherman. «Hay que aprender a sintonizarse con el cuerpo. El yoga es movimiento consciente. Es una habilidad que muchos tenemos que desarrollar».
Hay muchos estilos distintos de yoga. Entre los adecuados para principiantes se encuentran kundalini, viniyoga e Iyengar, según Sherman y Khalsa.
Tenga cuidado de los maestros que se enfocan en las posturas sin enfatizar la respiración y la meditación, sobre todo si presionan a los estudiantes para que hagan posturas extremas, advirtieron. El yoga puede causar lesiones si la gente se extralimita, y esas contorsiones tienen poco que ver con la relación entre mente y cuerpo que los estudiantes de yoga intentan conseguir. Los expertos señalan que por ese motivo tal vez sea mejor que la gente comience a practicar yoga en un estudio tradicional de yoga, en lugar de en un gimnasio o club de salud.
«Si practicar posturas extremas y poder doblarse hasta formar un ocho fueran señales de un buen yogui, la gente del Circo Barnum & Bailey serían los mejores yoguis del mundo», bromeó Khalsa.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Sat Bir Singh Khalsa, Ph.D., assistant professor, medicine, Harvard Medical School, and associate neuroscientist, Division of Sleep Medicine, Brigham & Women’s Hospital, Boston; Karen Sherman, Ph.D., M.P.H., affiliate associate professor, epidemiology, Center for Health Studies, School of Public Health, University of Washington, Seattle