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El yoga logra que las mujeres con dolor de espalda puedan moverse, según un estudio

Otro estudio halla que las clases de yoga pueden mejorar la función de la espalda entre las personas que sufren de dolor crónico o recurrente de la espalda baja.

Aunque los investigadores británicos hallaron que el yoga ayuda a las personas a moverse y a realizar sus tareas, la antigua práctica no pareció reducir el dolor de espalda en sí.

El hallazgo llega poco después de resultados similares en una investigación de EE. UU., publicada la semana pasada por investigadores de la Universidad de Washington en la revista Archives of Internal Medicine. Ese estudio halló que las personas que sufren de dolor crónico de la espalda baja pueden obtener alivio al participar en clases de yoga lideradas por un instructor o en clases de estiramiento.

Aunque el estudio de la semana pasada se enfocó en el alivio del dolor de espalda, en lugar de una mejora en la función de la espalda, ambos nuevos estudios hallaron que las clases de yoga funcionaban mejor en comparación con que la gente simplemente intentara aliviarse con libros de autoayuda sobre el dolor de espalda.

«Nuestros resultados mostraron que el yoga puede proveer beneficios tanto a corto como a largo plazo para los que sufren de dolor de espalda crónico o recurrente, sin ningún efecto secundario grave», aseguró la autora líder del estudio Helen E. Tilbrook, del departamento de ciencias de la salud de la Universidad de York, en Inglaterra.

Tilbrook y su equipo publicaron los hallazgos en la edición del 1 de noviembre de la revista Annals of Internal Medicine.

Los investigadores anotaron que el dolor de espalda crónico o recurrente es una de las dolencias más comunes que hacen que la gente busque atención de salud.

Para evaluar qué papel podría desempeñar el yoga en el alivio del dolor de espalda, entre 2007 y 2010 el equipo se enfocó en la experiencia de poco más de 300 pacientes británicos de dolor de espalda, la mayoría mujeres de mediana edad.

En el momento en que se inició el estudio, los participantes habían soportado en promedio diez años de dolor de espalda, anotaron los autores.

Durante el estudio, todos los participantes continuaron con su estándar anterior de atención para el dolor de espalda (que podía incluir medicamentos, terapia de masaje o tratamiento quiropráctico), complementado con la distribución de un folleto de educación sobre el dolor de espalda.

Sin embargo, a alrededor de la mitad de los participantes también se les ofreció un curso de yoga de tres meses con doce sesiones, liderado por maestros experimentados.

Cada clase tenía un máximo de 15 estudiantes. Se basaba en las formas «asana» y «pranayama» de yoga, e incluían una variedad de técnicas de relajación y concentración mental.

El resultado: los cuestionarios sobre la discapacidad y el dolor completados al final del programa de yoga, además de tres y seis meses después, revelaron que los que habían participado en las clases de yoga reportaban una mejor función de la espalda en todas las coyunturas, en comparación con el grupo que no recibió yoga.

La mayor mejora en la función de la espalda en el grupo de yoga se observó inmediatamente después de la conclusión de las clases.

Sin embargo, el dolor de espalda y la salud general no fueron mejores en el grupo de yoga que en el otro grupo, observó el equipo. Aún así, los participantes en yoga expresaron una mayor confianza que los del grupo que no recibió yoga en su capacidad de realizar actividades normales tanto al final de las clases de yoga como tres meses más tarde.

El equipo de Tilbrook concluyó que el yoga pareció ofrecer a los pacientes de dolor de espalda más probabilidades de mejorar la función de la espalda que el régimen usual de tratamiento para esta dolencia.

Karen Sherman, autora líder del estudio sobre el dolor de espalda publicado la semana pasada, cree que los dos nuevos estudios proveen «una evidencia más firme de que vale la pena probar el yoga para los pacientes de dolor de espalda no específico».

«Las personas que sufren de dolor de espalda crónico ‘no específico’ no cuentan con muchas opciones médicas convencionales que hayan demostrado ser útiles», anotó Sherman, profesora del departamento de epidemiología de la Universidad de Washington, en Seattle. «Así que comúnmente recurren a varias terapias alternativas en busca de alivio», explicó.

«Antes de la publicación de nuestro estudio y del ensayo del Reino Unido, había menos de diez estudios más bien pequeños que sugerían que el yoga podría ser una opción viable de tratamiento para las personas que sufren de dolor de la espalda baja», continuó Sherman. «Nuestros estudios son más grandes y robustos que los anteriores».

Y aunque Sherman señaló algunas diferencias en la forma en que se diseñaron las dos investigaciones, ambas llegaron a la misma conclusión. «El yoga mejora la función entre los pacientes de dolor de espalda», aseguró.

«Creo que la moraleja es que el yoga es una opción viable de tratamiento», apuntó Sherman. «Médicos y otros profesionales clínicos deben sentirse cómodos recomendando yoga a los pacientes, sobre todo si tienen más dolor de espalda leve o moderado que limite sus capacidades de realizar varias actividades que para ellos formen parte de la vida cotidiana».

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Helen E. Tilbrook, B.Sc., M.Sc., York Trials Unit, department of health sciences, University of York, Heslington, U.K.; Karen J. Sherman, Ph.D., M.P.H., associate professor, department of epidemiology, University of Washington, and senior investigator, Group Health Research Institute, Seattle; Nov. 1, 2011, Annals of Internal Medicine
HealthDay

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