Una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales, y reducida en dulces y carnes procesadas, disminuiría el riesgo de cáncer de pecho en algunas mujeres afroamericanas.
En un estudio sobre más de 50.000 mujeres afroamericanas, los autores hallaron que las más delgadas y jóvenes, que tenían en general una dieta «prudente», eran menos propensas a desarrollar cáncer mamario que las mujeres con una dieta occidental.
No hubo evidencias de que la alimentación saludable disminuya el riesgo en las mujeres con sobrepeso o en la posmenopausia.
No obstante, la alimentación prudente estuvo asociada con una reducción del riesgo de desarrollar tumores mamarios con receptor de estrógeno negativo, que es un tipo agresivo de cáncer que causa un tercio de estos cánceres.
La alimentación prudente es aquella rica en granos integrales, frutas, verduras y pescado, y reducida en carnes rojas y procesadas, dulces y carbohidratos de almidón, como el pan blanco. Lo opuesto es la dieta occidental.