El hombre civilizado ha construido el auto, pero ha perdido el uso de sus pies. ~ Ralph Waldo Emerson
Sentirse «a tierra» es una experiencia cada vez menos común en este día y era, y debería serlo, teniendo en cuenta que ya casi no se tocan el suelo con los pies descalzos, como la naturaleza pensó.
No es un gran misterio que el pie humano fue diseñado, lo largo de milenios incontables, para estar en contacto directo con la tierra, la tierra literal y simbólica de nuestro ser. Y la Tierra no es una sustancia inerte, sino más bien una entidad viviente y la respirante (de los que no somos más que una simple parte) capaz de infundir nosotros su vida, «cantaba el cuerpo eléctrico», como Walt Whitman, reflexionó una vez.
De hecho, la Tierra nos da vida a nosotros a través de una corriente continua de electrones libres…
Está bien establecido, aunque no es muy conocida, que la superficie de la tierra posee un suministro ilimitado y renovado continuamente de electrones libres o móviles, como consecuencia de un circuito de electrones atmosférica global. Usar calzado con suela aislante y / o dormir en camas que se encuentran aislados desde el plano de tierra eléctrica de la tierra ha desconectado la mayoría de la gente de los ritmos eléctricos de la tierra y los electrones libres a fluir de la tierra para el cuerpo. -James L Oschman, puede electrones actúan como antioxidantes? Una revisión y comentarios. |
Los efectos de los cuales James Oschman habla no son simplemente teóricos. Hay una amplia gama de cambios mensurables en el cuerpo asociados a esta «tierra», incluyendo los cambios en la frecuencia del pulso, frecuencia respiratoria, oxigenación de la sangre, el índice de perfusión, y conductividad de la piel que se han estudiado clínicamente.
La puesta a tierra también se ha demostrado puede reducir el dolor muscular de aparición retardada, baja y sincroniza los niveles de cortisol durante el sueño, reduce la inflamación, modula la función neurológica y reduce el estrés oxidativo.
Un nuevo estudio publicado el mes pasado en la Revista de Salud Ambiental y Pública se ocupa de este tema con mayor profundidad, y está bien vale la pena leer. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22291721
Fuente: greenmedinfo.com