La risa y la música no solo mejoran el estado de ánimo, podrían también reducir la presión arterial en los adultos de mediana edad, según sugiere un estudio reciente.
Investigadores japoneses dividieron a 79 adultos de entre 40 y 74 años de edad en tres grupos, y estudiaron los efectos de sesiones de una hora de música cada dos semanas en un grupo, sesiones de risa en otro grupo, y la ausencia de intervención en los demás participantes (grupo de control).
Las lecturas de la presión arterial tomadas inmediatamente después de las sesiones eran 6 mmHg más bajas en el grupo de música y 7 mmHg más bajas en el grupo de risa, en comparación con las medidas tomadas justo antes de las sesiones, dijeron los autores del estudio.
Según los resultados, se seguían observando las mejoras en la presión arterial tres meses después.
No se registró ningún cambio en la presión arterial de los participantes que no recibieron intervención.
«El nivel de cortisol [de los participantes], un marcador de estrés, se redujo justo después de las sesiones de intervención», afirmó el autor líder Eri Eguchi, investigador en salud pública de la Facultad de postgrados en medicina de la Universidad de Osaka, en Japón. «Pensamos que es una de las explicaciones de los procesos fisiológicos».
Los resultados del estudio de Eguchi se presentarán el viernes en una conferencia de la American Heart Association, en Atlanta. El estudio no muestra causa y efecto directos, simplemente una asociación. Además, los expertos señalan que las investigaciones presentadas en reuniones se consideran preliminares porque no han sido sujetas al riguroso escrutinio requerido para la publicación en una revista médica.
Durante tres meses, musicoterapeutas guiaron a 32 participantes que escuchaban, cantaban y hacían estiramientos con música. También les animaron a escuchar música en casa.
Las sesiones de risa fueron lideradas por yoguis de risa capacitados. Treinta participantes hicieron yoga de la risa, una combinación de ejercicios de respiración y risa estimulada mediante contacto visual juguetón, y escuchando Rakugo, un tipo de comedia japonesa en que el protagonista está sentado.
«Creemos que la respiración yoga podría tener algo que ver en la reducción de la presión arterial», apuntó Eguchi, y anotó que su equipo examinará esa relación en una próxima investigación.
«Además, las personas con la intervención podrían estar más motivadas para modificar sus conductas de salud», añadió Eguchi. «Los datos mostraron que la cantidad de ejercicio aumentó en el grupo de intervención, pero no en el grupo de control».
La presión arterial alta o hipertensión se relaciona con problemas graves de salud.
Expertos en cardiología ofrecieron reseñas mixtas sobre los hallazgos del estudio.
El Dr. Franz Messerli, director del programa de hipertensión del Centro Hospitalario St. Luke’s-Roosevelt en la ciudad de Nueva York, dijo que se sentía escéptico sobre los hallazgos porque los investigadores siempre supieron quiénes estaban en los grupos de intervención y control.
«Los mecanismos involucrados [en la reducción de la presión arterial] no están claros del todo», señaló Messerli. «El ejercicio hace lo mismo, y simplemente sentarse también reduce la presión arterial».
Messerli dijo que Eguchi podría haber «objetivizado» los resultados al medir la presión arterial de los participantes durante periodos de 24 horas antes y después de las sesiones de intervención.
Pero el Dr. John Ciccone, cardiólogo preventivo del Centro Médico San Bernabé de West Orange, Nueva Jersey, afirmó que el estudio resalta «una fisiología interesante» sobre el rol que el estrés desempeña en la presión arterial.
En el consultorio de Ciccone, enfermeras integrales ofrecen musicoterapia para el manejo del estrés, un campo creciente que puede incorporar técnicas como la reflexología, la acupresión y otras, apuntó.
«Creo que ha habido datos interesantes que muestran que las técnicas de relajación, independientemente de cuáles sean, pueden posiblemente afectar la presión arterial al límite de la elevación», aseguró Ciccone.
«Ya no están fuera de lo normativo», añadió. «Creo que muchas cosas que se consideraban alternativas ya no lo son».
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Eri Eguchi, M.P.H., public health researcher, Graduate School of Medicine, Osaka University, Japan; Franz Messerli, M.D., director, hypertension program, St. Luke’s-Roosevelt Hospital Center, New York City; John Ciccone, M.D., preventive cardiologist, Saint Barnabas Medical Center, West Orange, N.J.; abstract, March 25, 2011 presentation, American Heart Association conference, Atlanta