JUEVES, 3 de junio (HealthDay News/DrTango) — Según sugiere un estudio reciente, los niños que consumen tres o más hamburguesas a la semana podrían incrementar sus probabilidades de asma y respiración sibilante.
Sin embargo, según los investigadores, con la llamada «dieta mediterránea», rica en frutas, verduras y pescado, se puede reducir el riesgo respiratorio para los niños.
«Nuestros resultados apoyan informes anteriores de que el cumplimiento de la dieta mediterránea, caracterizada por una alta ingesta de frutas, verduras y pescado y una baja ingesta de carne, hamburguesas y bebidas burbujeantes, puede proporcionar protección parcial para el asma en la infancia», señaló la Dra. Gabriele Nagel, investigadora líder, del Instituto de Epidemiología de la Universidad de Ulm (Alemania).
El informe aparece en la edición del 3 de junio de Thorax.
Para el estudio, el equipo de Nagel recogió datos sobre 50,000 niños de veinte países ricos y pobres. Se preguntó a los padres sobre la dieta típica de su hijo y si tenía asma o no. Además, se examinó a cerca de 30,000 de los niños para detectar si tenían alergias.
Los investigadores hallaron que aunque la dieta no pareció influir sobre las alergias, se relacionó con el riesgo de asma y respiración sibilante.
Los niños de los países pobres y de los ricos que consumieron muchas frutas presentaron menos índices de respiración sibilante.
El equipo de Nagel halló que consumir mucho pescado pareció proteger a los niños de los países ricos, mientras que una dieta rica en verduras de color verde cocinadas protegió a los niños de los países menos desarrollados de la respiración sibilante.
Según los investigadores, las frutas y las verduras son ricas en vitaminas antioxidantes y agentes biológicamente activos, mientras que los ácidos grasos omega 3 son prevalentes en el pescado y tienen propiedades antiinflamatorias, lo que podría explicar estos hallazgos.
«En general, una dieta mediterránea se relacionó con una menor prevalencia de toda la vida de asma y respiración sibilante», señaló Nagel.
Por otro lado, según los investigadores, los niños que consumieron muchas hamburguesas tuvieron una prevalencia superior de asma y respiración sibilante toda la vida. El hallazgo resultó particularmente cierto para los niños que no tenían alergias de los países más pudientes.
Sin embargo, los autores anotan que el hallazgo sobre las hamburguesas podría ser marcador de otros factores del estilo de vida que podrían exacerbar el asma de un niño. El estudio halló que no se vio que la carne en general incrementara el riesgo de respiración sibilante.
El Dr. Michael Light, neumólogo y profesor de medicina de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami, estuvo de acuerdo en que la dieta puede influir sobre el asma.
«Los datos son bastante coherentes: los antioxidantes y los ácidos grasos no saturados tienen que ver con todo», aseguró Light. «Esto no significa que si se cambia de dieta hoy se vaya a curar el asma. Lo que el estudio está diciendo es que una de las explicaciones para el asma probablemente tenga que ver con la dieta», dijo.
Los resultados de un estudio presentado el 16 de mayo en la Conferencia Internacional de la American Thoracic Society en Nueva Orleáns mostraron que las comidas grasosas se relacionaban con problemas en la función pulmonar.
En ese estudio, investigadores australianos examinaron a pacientes de asma antes y después de una comida rica en grasa o después de una comida baja en grasa. Hallaron que las comidas ricas en grasa incrementaban la inflamación y reducían la función pulmonar.
«Si estos resultados se pueden confirmar en investigaciones posteriores, quiere decir que las estrategias dirigidas a reducir la ingesta diaria de grasa en la dieta podrían ser útiles para la gestión del asma», agregó en ese momento Lisa Wood, conferencista en ciencias biomédicas y farmacia del Instituto de Investigación Médica Hunter de New Lambton.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Gabriele Nagel, M.D., Ph.D., Institute of Epidemiology, Ulm University, Ulm, Germany; Michael Light, M.D., professor, medicine, University of Miami Miller School of Medicine; June 3, 2010, Thorax