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Los niños que consumen frutas y verduras podrían reducir su riesgo cardiaco

LUNES, 29 de noviembre (HealthDay News/HolaDoctor) — Un estudio reciente sugiere que los niños que tienen una alimentación rica en frutas y verduras podrían ser capaces de mantener la aterosclerosis, precursora de la enfermedad cardiaca, a raya en la edad adulta.

Y otro estudio halla que los niños, incluso desde los nueve años, podrían tener ya problemas de salud como hipertensión, lo que los pone en riesgo de enfermedades cardiacas en la edad adulta.

Ambos informes, realizados por investigadores de Finlandia, aparecen en la edición en línea del 29 de noviembre de Circulation.

Al comentar sobre el primer estudio, el Dr. David L. Katz, director del Centro de Investigación Preventiva de la Facultad de medicina de la Universidad de Yale, que no participó en el estudio, señaló que esto lleva el conocimiento sobre la salud de la dieta y el corazón un paso más allá.

La aterosclerosis es una afección en la que la placa, una sustancia pegajosa compuesta de grasa, colesterol y otras sustancias que se encuentran en la sangre, se acumula dentro de las arterias, lo que causa con el tiempo rigidez y estrechamiento arterial, y a su vez conduce a enfermedades cardiacas. Es un proceso que puede durar años, incluso décadas. Este estudio muestra que la dieta, incluso en la infancia, ayuda a prevenir la enfermedad, señaló Katz.

«Ciertamente, antes de este estudio, sabíamos que el consumo de frutas y verduras era bueno para nuestra salud en general y para la salud cardiovascular en particular», señaló.

Para el primer estudio, investigadores dirigidos por el Dr. Mika Kahonen, médico jefe del Departamento de Fisiología Clínica del Hospital Universitario de Tampere (Finlandia), analizaron los factores de estilo de vida y midieron el pulso de 1,622 personas que participaron en el estudio sobre riesgo cardiovascular en jóvenes finlandeses. La edad de los participantes oscilaba entre los 3 y los 18 años al inicio del estudio. Se les dio seguimiento durante 27 años.

Los investigadores también evaluaron «la velocidad de la onda de pulso», una medida de la rigidez arterial.

Los investigadores encontraron que los jóvenes que comían menos frutas y verduras tenían una velocidad de onda de pulso más alta, lo que quiere decir que tenían arterias más rígidas. Pero los que comían más verduras y frutas tenían una onda de pulso 6 por ciento más baja que las personas que comían menos frutas y verduras.

Debido a que la rigidez arterial se relaciona con la aterosclerosis, las arterias rígidas hacen que el corazón realice más esfuerzos para bombear sangre.

Además del bajo consumo de frutas y verduras, otros factores del estilo de vida como la falta de actividad física y el tabaquismo en la infancia se relacionaron con una onda de pulso más fuerte en la edad adulta, señalaron los investigadores.

«Estos hallazgos sugieren que un patrón de por vida de bajo consumo de frutas y verduras se relaciona con rigidez arterial en la edad adulta», apuntó Kahonen en un comunicado de prensa de la American Heart Association, que publica Circulation. «Los padres y los pediatras tienen otra razón más para animar a los niños a consumir más frutas y verduras».

«Aunque nunca es demasiado tarde para empezar una dieta saludable con el fin de prevenir las enfermedades cardiacas, también es cierto que nunca es demasiado pronto para hacerlo», señaló Katz. «Parece ser que la mejor forma de tener vasos sanguíneos sanos en la edad adulta es alimentar bien a los niños».

En el segundo estudio, investigadores finlandeses descubrieron que los niños, incluso desde los nueves años, que tenían la mayoría de los factores de riesgo para enfermedades cardiacas, como hipercolesterolemia, hipertensión y un índice de masa corporal alto, enfrentaban un mayor riesgo de engrosamiento de las paredes de las arterias carótidas en la edad adulta, una señal temprana de enfermedad cardiaca.

«Los factores de riesgo cardiovascular medidos a los nueve años o después predicen los cambios vasculares en los adultos», señaló el Dr.l Dr. Markus Juonala, investigador principal y profesor adjunto del Hospital Universitario de Turku (Finlandia).

«De los factores de riesgo individuales, la obesidad infantil era la que más se relacionaba con los cambios vasculares en los diferentes grupos de edad», destacó.

La prevención de la aterosclerosis debería comenzar en la infancia, apuntó Juonala, al agregar «Deberíamos hacer todos los esfuerzos por mantener a nuestros niños en forma y alejados de la obesidad».

Para el estudio, el equipo de Juonala recopiló datos sobre 4,380 participantes en cuatro estudios que analizaron los factores de riesgo de la enfermedad cardiaca en los niños y el grosor de las arterias carótidas en la edad adulta.

Encontraron que niños tan jóvenes como de nueve años de edad que tenían la mayoría de los factores de riesgo para enfermedades cardiaca afrontaban un riesgo 37 por ciento mayor de tener arterias carótidas más gruesas, las arterias que suministran sangre rica en oxígeno a la cabeza y al cuello, en la edad adulta, en comparación con otros niños.

A la edad de 12 años el grupo con más factores de riesgo para las enfermedades cardiacas tenía un riesgo 48 por ciento mayor de tener arterias carótidas más gruesas. Ese riesgo aumentaba a 56 por ciento a los 15 años, señalaron los investigadores.

Al comentar sobre el estudio, el Dr. Gregg Fonarow, vocero de la American Heart Association y profesor de cardiología de la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que «la enfermedad vascular aterosclerótica puede comenzar temprano en la infancia y la adolescencia, pero se manifiesta clínicamente más tarde en la vida»

Este estudio proporciona información detallada sobre el desarrollo temprano de la enfermedad vascular y tiene importantes implicaciones para los esfuerzos de prevención en los niños, dijo.

«En la actualidad, existe la importante necesidad, aún por satisfacer, de prevenir y revertir los factores de riesgo cardiovascular en la infancia», apuntó Fonarow.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Markus Juonala, M.D., Ph.D., adjunct professor, Turku University Hospital, Turku, Finland; David L. Katz, M.D., M.P.H., director, Prevention Research Center, Yale University School of Medicine, New Haven, Conn.; Gregg Fonarow, M.D., American Heart Association spokesman, and professor of cardiology, University of California, Los Angeles; Nov. 29, 2010, Ciurculation, online

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