NUEVA YORK (Reuters Health) – Los probióticos ayudan a combatir las bacterias dañinas que crecen en el intestino y causan diarrea, según una revisión de más de 60 estudios.
Las bacterias probióticas «amigables», a menudo disponibles en las tiendas o supermercados, acortaron un día la diarrea y redujeron la frecuencia de las infecciones más prolongadas.
«Los episodios de diarrea infecciosa siguen causando enfermedad a toda edad y en todo el mundo», dijo a Reuters Health el autor principal del estudio, Stephen Allen, de la Escuela de Medicina de la Swansea University, en el Reino Unido.
Allen indicó que la diarrea, definida como tres o más movimientos intestinales líquidos en un día, es la tercera causa de muerte en los niños pequeños de los países en desarrollo, donde mueren 1,5 millones de niños por año.
«A pesar de la efectividad de la rehidratación oral para evitar la deshidratación, no necesariamente reduce o detiene la diarrea, que es lo que quieren pacientes y padres», agregó Allen.
Con su equipo, el autor revisó 63 ensayos sobre un total de más de 8.000 pacientes, en su mayoría bebés y niños, con diarrea por distintos microorganismos. Al azar, cada participante ingirió probióticos o placebo.
Aunque los resultados variaron mucho entre los estudios, casi todos demostraron que agregar probióticos al tratamiento de rehidratación habitual acortaba la diarrea alrededor de un día y disminuía a la mitad el riesgo de infecciones durante cuatro o más días, publicó Cochrane Collaboration, una organización internacional de evaluación de la investigación médica.
Los niños del mundo en desarrollo padecen entre seis y 12 diarreas por año, mientras que los niños de Estados Unidos suelen tener dos. Reducir la duración de esos episodios no sólo alivia el sufrimiento, sino también reduce el riesgo de que se disemine la infección.
Los estudios revisados habían utilizado distintas cepas de bacterias probióticas, como Lactobacillus acidophilus o Bifidobacterium bifidus. No hubo evidencia de que la cepa o la cantidad de bacterias marcaran la diferencia.
Tampoco importó si los probióticos estaban vivos, qué organismo había causado la infección o si el estudio se había realizado en países desarrollados o en desarrollo.
El equipo comprobó que los probióticos son seguros y no tienen efectos adversos, mientras que los beneficios son los mismos en niños y adultos.
FUENTE: Cochrane Reviews, online 10 de noviembre del 2010