Los adultos mayores que preferían ese aceite observaron un descenso del 41 por ciento en los ACV frente a los que lo consumían raras veces
Añadir aceite de oliva a la dieta podría reducir el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), sugiere un estudio reciente.
Investigadores encontraron que las personas mayores que usaban aceite de oliva con constancia, o sea que lo usaban regularmente para cocinar y como aderezo de ensaladas, tenían 41 por ciento menos probabilidades de sufrir un ACV que los que lo consumían raras veces.
La autora líder del estudio de seis años de duración, Cecilia Samieri, de la Universidad de Burdeos en Francia, apuntó que no está claro por qué el aceite de oliva podría ayudar a reducir el riesgo de ACV. Pero podría resultar de que la gente reemplace las grasas saturadas, menos saludables, con aceite de oliva moninsaturado, añadió.
«A partir de nuestro estudio no podemos inferir qué aspectos del aceite de oliva previenen el accidente cerebrovascular», apuntó Samieri. Pero «podría tratarse de un efecto de sustitución». Así, comer menos grasas saturadas mejora la salud de los usuarios de aceite de oliva. Investigaciones anteriores han documentado el beneficio antiinflamatorio del aceite de oliva, añadió.
Las propiedades del aceite mismo, que incluye ácido oleico o polifenoles, también podrían ser el secreto de su efecto protector, apuntó Samieri, miembro postdoctoral de la facultad del departamento de epidemiología nutricional de la universidad. Los polifenoles son nutrientes antioxidantes que reducen la inflamación del sistema vascular, según el estudio. El ácido oleico, un ácido graso, conforma el 80 por ciento el aceite de oliva.
El estudio aparece en la edición en línea del 15 de junio de la revista Neurology.
El accidente cerebrovascular, resultado de una mala salud vascular, es la tercera causa de muerte en EE. UU., según la American Heart Association.
Los ACV resultan del sangrado vascular, o con mayor frecuencia de un bloqueo del flujo sanguíneo al cerebro. Las dietas ricas en comidas que contienen grasa saturada, como la carne y la mantequilla, se han relacionado con el ACV.
En el estudio, los investigadores observaron cuánto aceite de oliva usaban rutinariamente 7,625 franceses a partir de los 65 años de edad. El uso iba de nada (23 por ciento), un uso moderado para cocinar o aderezar (40 por ciento), a uso intensivo para cocinar y aderezar (37 por ciento). Los participantes principalmente usaban aceite de oliva virgen extra, y el estudio controló los factores de riesgo del ACV, como hipertensión, ejercicio, tabaquismo y uso de alcohol.
Tras casi seis años, habían ocurrido 148 accidentes cerebrovasculares. Pero los que más usaban aceite de oliva tenían un riesgo de ACV 41 por ciento más bajo, en comparación con los que no lo usaban. La tasa general de ACV fue de 1.5 por ciento entre los usuarios de aceite de oliva, frente a 2.6 por ciento para los demás, según el informe.
Una segunda muestra del estudio tuvo algunos hallazgos contradictorios, según la investigación. Se midió el ácido oleico en la sangre de 1,245 participantes. En ese grupo, ocurrieron 27 ACV, con un riesgo de ACV 73 por ciento más bajo en las personas que tenían los niveles más altos de ácido oleico, encontró el estudio. Pero el nivel más alto también se relacionó con un mayor consumo de mantequilla y grasa de ganso o pato, lo que «podría explicar el patrón desfavorable de factores de riesgo asociados con un mayor nivel de ácido oleico en plasma», según los hallazgos.
Una experta en nutrición advirtió que las personas no deben abusar del aceite de oliva en un esfuerzo por mejorar la salud, ya que es una grasa rica en calorías.
«El mensaje del estudio es que una dieta rica en aceite de oliva ofrece un beneficio protector, pero debemos ver más allá para averiguar qué cantidad es beneficiosa al mismo tiempo que se mantiene una dieta baja en grasa», apuntó Heather Davis, dietista clínica del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York.
Apuntó que la dieta estadounidense raras veces carece de grasa, que es necesaria para una piel y un pelo saludables, y para procesar ciertas vitaminas.
«Debemos estudiar más para establecer un límite máximo», planteó Davis. Aunque los investigadores no tuvieron éxito para establecer un valor numérico del ácido oleico óptimo, «es bueno que la idea esté en el ambiente», aseguró.
Dijo que es importante seguir con la investigación. «Sabemos que el aceite de oliva es beneficioso, pero sería ventajoso poder determinar un rango protector en la sangre de un paciente», anotó Davis.
La financiación de la investigación provino del gobierno francés y de Lipids for Industry, Safety and Health, una alianza del sector académico y el sector industrial.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Cecilia Samieri, Ph.D., postdoctoral faculty member, department of nutritional epidemiolgy, University of Bordeaux, France; Heather Davis, registered dietician, Lenox Hill Hospital, New York City; June 15, 2011, Neurology, online