NUEVA YORK (Reuters Health) – Las personas que sufren carcinoma papilar tiroideo que no se extendió más allá de la glándula de la tiroides evolucionarían bien, reciban o no tratamiento, de acuerdo a un nuevo estudio.
En un grupo de más de 35.000 personas con el carcinoma «localizado» que habían sido operadas para extirpar la mitad o toda la glándula tiroidea, el equipo halló que el 99 por ciento seguían vivas 20 años más tarde.
Y el 97 por ciento de los 440 pacientes que no recibieron tratamiento inmediato también seguían vivos dos décadas después.
Como lo demuestran los números, la cirugía es el principal tratamiento del cáncer de tiroides localizado, con apenas un grupo de pacientes (1,2 por ciento en el estudio) sin tratar.
Pero los resultados sugieren que, en muchos casos, la cirugía sería innecesaria, señaló a Reuters Health la doctora Louise Davies, del Departamento del Centro Médico de Asuntos de Veteranos, en White River Junction, Vermont.
Sin embargo, en un editorial sobre el estudio, publicado en Archives of Otolaryngology: Head and Neck Surgery, los doctores Erich M. Sturgis y Steven I. Sherman, del Centro de Cáncer Anderson, de la University of Texas M.D., en Houston, advirtieron que la observación «debería tomarse con cuidado».
En el 2006, Davies y su colega H. Gilbert Welch informaron un aumento significativo de los diagnósticos de cánceres de tiroides en los 15 años previos, sin el correspondiente aumento de la mortalidad.
Eso se debió a la disponibilidad de nueva tecnología para diagnosticar muchos cánceres en personas sin síntomas. El 87 por ciento de los nuevos tumores identificados tenían menos de 2 centímetros, es decir, ni el médico ni el paciente podrían haberlos palpado.
En el estudio, que incluyó datos de los registros del Instituto Nacional del Cáncer, Davis y Welch identificaron 35.663 casos de carcinoma papilar tiroideo localizado diagnosticados entre 1973 y el 2005, incluidos 440 casos sin tratamiento inmediato.
En el grupo tratado inmediatamente, 161 (menos del 0,5 por ciento) murieron por cáncer tiroideo en 7,6 años. En el grupo sin tratamiento hubo seis muertes (1,4 por ciento) por el cáncer en seis años.
La supervivencia estimada en un plazo de 20 años fue del 97 por ciento para el grupo sin tratar y del 99 por ciento para el grupo tratado.
Se registraron cuatro tipos de cánceres de tiroides: los dos más fatales representaron el 2 por ciento de todos los cánceres.
Y las personas que desarrollan este tipo de enfermedad saben que algo anda mal, agregó la autora. Los cánceres de tiroides más graves «no aparecen de repente. Producen síntomas: impiden hablar o respirar, cambian la voz, causan molestias en el cuello, que puede sentirse rígido».
Existen grupos de riesgo de esas formas más graves del cáncer de tiroides: los hombres, los menores de 20 años, los mayores de 70, las personas con síntomas y las tratadas con radioterapia en la cabeza o el cuello.
Si un médico identifica un tumor localizado en la glándula tiroides, las personas pueden elegir que se les haga una biopsia o que se les repita el estudio por imágenes a los seis meses o el año.
En el 3 al 5 por ciento de los casos, agregó, los pacientes sufren complicaciones graves con la cirugía de tiroides, como la pérdida de la función de la glándula paratiroidea o de las cuerdas vocales. Quienes son sometidos a una extirpación completa de la glándula tiroides deben tomar hormona tiroidea todos los días.
FUENTE: Archives of Otolaryngology–Head and Neck Surgery, mayo del 2010.