¿Qué son las semillas activadas?
El término “semillas activadas” se utiliza para referirse a aquellas semillas que tienen activado su proceso de germinación.
Las semillas pueden conservarse algunos años en condiciones adecuadas sin alterarse. Esto es debido a que poseen un capa protectora que mantiene su actividad enzimática y sus funciones vitales “dormidas”. Estás sustancias no son recomendadas para la ingesta humana pues inhiben los procesos digestivos, de absorción e incluso algunas pueden ser tóxicas.
Cuando la semilla toma contacto con la humedad, estas moléculas protectoras se liberan y se activan las enzimas desencadenando una secuencia de procesos biológicos que inician el civlo vital, provocando la germinación.
Durante este proceso se multiplican algunas de las vitaminas, las proteínas se descomponen en aminoácidos, los azúcares se vuelven las digeribles y su sabor es mucho más agradable para los humanos. En definitiva se potencia su valor nutritivo y su palatilidad.
Al contener enzimas activas, estas ayudan a su propia digestión cuando las comemos, ahorrándonos el tener que nosotros las enzimas necesarias para digerirlas.
Cómo activar semillas
Como mencionamos anteriormente las semillas necesitan humedad, agua. Es así que basta con humedecerlas, pero antes conviene tener en cuenta algunos consejos:
Limpiar y desinfectar las semillas
Como todo alimento que vamos a comer, su inocuidad debe ser tenia en cuenta. Las semillas suelen ser almacenadas en graneros, dónde hay animales, insectos, tierra, polvo, incluso algunas pueden ser rociadas con alguna sustancia para química destinada al control de plagas, o el mero hecho de estar almacenadas por mucho tiempo puede dar lugar a la aparición de hongos y moho.
Es entonces menester lavar y desinfectar todas las semillas que vayamos a utilizar. Para ello vamos a sumergir las semillas en agua filtrada hasta cubrirlas completamente y a esta agua le vamos a agregar un chorrito de agua oxigenada. Mezclamos bien y dejamos que actúe durante 20 minutos. Vamos a ver comoaparece una espuma blanca grisácea que es todo lo que está desinfectando. Luego enjugamos bien hasta que salga el agua limpia. Si deseamos podemos volver a lavar con agua con bicarbonato de sodio para eliminar algún residuo de pesticida.
Activar las semillas
Ahora vamos a dejar las semillas sumergidas en agua entre 4 y 12 horas, dependiendo del grosor de la semillas, las almendras que son muy gruesas necesitan 12 horas, las de sésamo con 4 horas es suficiente.
Es durante este período que las semillas liberan todos esos antinutrientes que mencionamos al agua para luego empezar a germinar.
Es por esto que debemos tirar esta agua y volver a enjuagar hasta que el agua del enjuague salga limpia. Ya tenemos las semillas activadas.
Conservación
Ahora ya podemos utilizarlas para preparar cualquier receta, pero si no las vamos a utilizar todas o si alguna receta necesita las semilas secas podemos utilizar un deshidratador a baja temperatura (41ºC) para quitarles la humedad y pausar el proceso de germinación. Las semillas activadas deshidratadas a baja temperatura (41ºC) se pueden conservar durante meses y solamente basta con humedecerlas de nuevo para que continúen su germinación.
Otro método de conservación a corto plazo es guardarlas en heladera sumergidas en agua, cambian el agua 2 veces al día. Este método las conserva máximo durante una semana.